jueves, 17 de agosto de 2017

Siendo, en verdad, nuestro vivísimo deseo que el verdadero espíritu cristiano vuelva a florecer en todo y que en todos los fieles se mantenga, lo primero es proveer a la santidad y dignidad del templo, donde los fieles se juntan precisamente para adquirir ese espíritu en su primer e insustituible manantial, que es la participación activa en los sacrosantos misterios y en la pública y solemne oración de la Iglesia.

Oh San Pío X, gloria del sacerdocio, esplendor y decoro del pueblo cristiano; tú, en quien la humildad pareció hermanarse con la grandeza, la austeridad con la mansedumbre, la piedad sencilla con la doctrina profunda; tú, pontífice de la Eucaristía y del catecismo, de la fe íntegra y de la firmeza inquebrantable; vuelve tu mirada hacia la Iglesia santa, a la que tu tanto amaste y a la que ofreciste lo mejor de los tesoros, que con mano pródiga, la divina Bondad depositó en tu alma; obtén para ella la incolumidad y la constancia en medio de las dificultades y  persecuciones de nuestro tiempo; socorre a esta pobre humanidad, cuyos dolores  tan profundamente te afligieron y que al final detuvieron los latidos de tu gran corazón; haz que en este mundo agitado triunfe aquella paz, que debe de ser armonía entre las naciones, acuerdo fraterno y sincera colaboración entre las clases sociales, amor y caridad entre los hombres, de manera que aquellas ansiedades que de tal modo consumieron tu vida apostólica, se vuelvan, gracias a tu intercesión, una feliz realidad, para gloria de Nuestro Señor Jesucristo, que con el Padre y el Espíritu Santo vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.

Discurso Questa'ora pronunciado el 29 de mayo de 1954 por el papa Pío XII con ocasión de la canonización de su predecesor.

Cum Petro et Sub Petro

Oremus pro Pontifice nostro Francisco, Dominus conservet eum, et vivificet eum, et beatum faciam eum in terra, et non tradat eum, in animam inimicorum eius

Doctores de la Iglesia

Oratio ad Sanctum Michael (Leo XIII)

Sancte Michael Archangele, defende nos in prælio; contra nequitiam et insidias diaboli esto præsidium. Imperet illi Deus, supplices deprecamur: tuque, Princeps militiæ cælestis, Satanam aliosque spiritus malignos, qui ad perditionem animarum pervagantur in mundo, divina virtute in infernum detrude. Amen.

Ora pro nobis, Sancta Dei Genitrix

Sub tuum praesidium confugimus, Sancta Dei Genitrix. Nostras deprecationes ne despicias in necessitatibus nostris, sed a periculis cunctis libera nos semper, Virgo gloriosa et benedicta.

Razones para ayunar

La libertad no tiene precio